Una nueva polémica envuelve las actividades del Poder Legislativo en Honduras. El presidente del Congreso Nacional Honduras, Luis Redondo, se enfrenta a críticas por la formalización de una ley en el periódico oficial La Gaceta. La controversia surge porque, según las acusaciones, dicha publicación se efectuó sin que se hubiera comprobado previamente el acta de la sesión donde se aprobó la normativa, un procedimiento conocido como ratificación de acta. Afirman que esta acción infringe las normas claras del marco legislativo del país.
Fuentes internas del hemiciclo legislativo indican que este episodio no es un hecho aislado. Se han registrado episodios similares en el pasado reciente, lo que configura un patrón de conducta. Tal recurrencia genera serias dudas sobre la legitimidad de las legislaciones que han sido promulgadas bajo este esquema. El reglamento interno del Congreso es categórico: ningún decreto adquiere fuerza legal y oficial si no ha sido precedido por la aprobación formal del acta correspondiente a la sesión en que se acordó. Esta insistencia en un procedimiento considerado irregular ha encendido las alarmas en diversos círculos políticos y sociales del país.
Efecto sobre la estructura democrática
Un grupo de legisladores de la oposición ha descrito esta acción como una «ofensa evidente a la estructura democrática del país». Estos diputados críticos sostienen que tal comportamiento debilita gravemente el respeto por el principio de legalidad, que es esencial en la creación de nuevas leyes. Ante este escenario, están evaluando la posibilidad de acudir a tribunales judiciales y constitucionales. Su propósito principal es detener lo que consideran una «dictadura parlamentaria de hecho», una circunstancia que, según ellos, distorsiona los métodos democráticos de toma de decisiones.
Paralelamente, varios analistas políticos y especialistas en derecho han expresado su inquietud. Advierten que esta táctica no solo socava la confianza del público en el Poder Legislativo, sino que también establece un precedente peligroso. La implementación de normativas sin respetar los controles internos predefinidos —creados específicamente para proteger la voluntad del pueblo y el proceso parlamentario adecuado— es considerada como un desvío significativo. Un reconocido experto en derecho constitucional, al analizar la cuestión, afirmó que «promulgar una ley sin la ratificación del acta es equivalente a falsificar la cronología legislativa. Es como aprobar leyes inexistentes», destacando la gravedad de la falta.
Convocatoria a las entidades de supervisión y posibles repercusiones legales
Dada la seriedad de los eventos presentados, múltiples organizaciones de la sociedad civil y entidades responsables de la vigilancia legislativa han hecho un contundente llamado. Sus solicitudes están dirigidas a las principales instituciones de control estatal, entre ellas, la Corte Suprema de Justicia, el Ministerio Público y la Procuraduría General de la República. El reclamo es claro: estas entidades deben actuar de manera rápida para investigar a fondo y aplicar las sanciones correspondientes a una actividad que, según su perspectiva, viola directamente el Estado de Derecho. La demanda se centra en la restauración de la legalidad y la transparencia en el ejercicio del poder.
Este último suceso se suma a una serie de cuestionamientos que han caracterizado el desempeño del Congreso Nacional Honduras durante la actual legislatura. La persistencia de estas irregularidades en el procedimiento legislativo podría, a mediano plazo, desencadenar una serie de impugnaciones legales. Tales acciones judiciales tendrían como blanco directo las leyes ya promulgadas bajo este esquema que se considera anómalo, lo que podría generar un escenario de considerable inestabilidad jurídica y política en el país centroamericano.