El Tribunal Superior Electoral de Guatemala anunció en un comunicado de prensa el domingo 2 de julio que dará cumplimiento a la decisión tomada la víspera por la Corte Constitucional al suspender “ calificación y formalización de los resultados” de la primera vuelta de las elecciones presidenciales del 25 de junio.
El Tribunal Constitucional había sido tomado el viernes por nueve partidos de derecha, incluido el del presidente saliente, Alejandro Giammattei, Vamos. Esta formación invocó un “riesgo y amenaza inminente” ver los cargos repartidos ante los presuntos «vicios» de la votación se ponen en conocimiento de las comisiones electorales, según el Tribunal.
El máximo tribunal del país solicitó entonces la citación de“una nueva audiencia de revisión de votos”. Además de la primera vuelta de las elecciones presidenciales (la segunda está prevista para el 20 de agosto), el mismo día se realizaron elecciones legislativas y municipales.
Disputas al día siguiente de la votación
Para sorpresa de todos, dos socialdemócratas se encontraron al frente de los veintidós candidatos presidenciales en la primera vuelta, marcada por una fuerte abstención y un gran número de votos nulos.
Favorita en las encuestas y candidata fracasada en varias ocasiones, Sandra Torres, exesposa del expresidente izquierdista Álvaro Colom (2008-2012), obtuvo el 15,86% de los votos. El diputado Bernardo Arévalo, hijo del primer presidente electo democráticamente del país, Juan José Arévalo (1945-1951), creó la sorpresa con el 11,77%. Ocupó el octavo lugar con un 2,9% de intención de voto en la última encuesta del Instituto Prodatos.
Estos resultados marcaron un quiebre luego de tres presidencias consecutivas de la derecha: Otto Pérez (2012-2015), Jimmy Morales (2016-2020) y el presidente saliente, Alejandro Giammattei.
Las disputas y las denuncias por presunto fraude electoral comenzaron al día siguiente de la primera vuelta. “Hay que repetir las elecciones”preguntó el viernes el abogado del partido Valor, formado por Zury Ríos, hija del ex dictador Efraín Ríos Montt (1982-1983) y que terminó sexta en la primera vuelta. Este partido ha denunciado un «fraude» con el cambio presunto de mil minutos, o el 0,82% del total.
“Amenaza a la democracia”
El domingo, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, dijo que cuestionó las representaciones electorales en Guatemala “una seria amenaza a la democracia con implicaciones de largo alcance”. “Las medidas destinadas a interferir en el resultado de las elecciones violan el espíritu de la constitución guatemalteca y amenazan la legitimidad del proceso democrático”reclamado.
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La Misión de Observación Electoral de la Unión Europea (UE) llamó, en un comunicado, «las instituciones judiciales y los partidos políticos respetan la clara voluntad de los ciudadanos libremente expresada durante las elecciones del 25 de junio». El 27 de junio, dos días después de la votación, la UE advirtió contra “el deterioro del estado de derecho y la legalización de eventos electorales con fines puramente políticos”señalando “el fuerte compromiso de los ciudadanos con la democracia y los valores cívicos”.
Por su parte, la Organización de los Estados Americanos (OEA) llamó “los poderes del Estado, legislativo, judicial y ejecutivo, para respetar la separación de poderes, la integridad del proceso electoral, así como los trabajos y conclusiones que se lleven a cabo en este proceso”. “El respeto a la expresión del pueblo a través del voto es fundamental para mantener la plena confianza de los ciudadanos y de la comunidad internacional en el voto”agregó la organización regional en un comunicado.
Guatemala es uno de los países más desiguales de América Latina, juzga el Banco Mundial, con 10,3 millones de sus 17,6 millones de habitantes viviendo bajo la línea de pobreza y uno de cada dos niños sufre desnutrición crónica, según Naciones Unidas.